El 15 de febrero falleció don Pedro Tapia, cantor a lo divino oriundo de la comuna de Petorca. Cultor de amplia trayectoria cuyo conocimiento abordaba diversas tradiciones campesinas, como la composición de huesos y la santiguación. Devoto de la Virgen de La Merced y realizador de velorios de angelitos.
Don Pedro destaco por ser portador de una amplia riqueza cultural que se expresaba en el conocimiento de la poesía popular y las historias propias de las localidades de Chincolco y El Pedernal. Su legado quedará por siempre en su familia, heredera del canto a lo divino y de la devoción popular.
Los antropólogos Daniel González y Danilo Petrovich han recorrido por años el Norte Chico -desde Copiapó a Aconcagua-, para conocer las prácticas poéticas y musicales vigentes en las localidades más aisladas del territorio. Y cuando investigaban los velorios de angelito para el CD «No es permitido de Dios que esa flor permaneciera» (2013), conocieron a Pedro Tapia (73). Lo encontraron en El Pedernal (Petorca) tras preguntar pueblo por pueblo. «Es un villorrio, una comunidad agraria de ex trabajadores de un fundo que se quedaron después de la Reforma Agraria», comenta González.
«Don Pedro tenia una historia de vida campesina y de pobreza. Fue el obligao de su familia, que eran inquilinos. Se lo pasaron al patrón como fuerza de trabajo. Se lo llevaron a los cinco años», detalla Petrovich. Con los años, Tapia se convirtió en un meticuloso talabartero y en un admirado cantor a lo divino, heredero de la tradición de Petorca, donde según González «están todo el año en vigilia».
A los once empezó a aprender de memoria los versos y las singulares entonaciones (melodías) de El Pedernal. Llegó a saberse 200 cantos de memoria. «Tenemos registrados 100 versos por él. Sabe mucho y canta muy bien; es muy afinado y su canto tiene un aura», dice González.
«Él representa el canto a lo divino de una zona precordillerana de la Cuarta y la Quinta Región que tiene una ritualidad específica; en todos esos pueblos hay vírgenes peregrinas, imágenes que alojan en distintas casas de los valles», agrega Petrovich.
En las alojadas de la Virgen, se recibe con comida a los vecinos, y se bailan lanzas y lanchas. «Don Pedro es bien humilde en términos materiales, pero es un sabio del canto y de las entonaciones. Cuando uno comparte con él se da cuenta de que la profundidad cultural no depende del dinero», destaca González.
Lo grabaron en una alojada de la Virgen, en Las Palmas, y en su propia casa y, con financiamiento de un fondo del Consejo de la Cultura Región de Valparaíso, produjeron el CD doble «El iris de la bonanza». Se vende a $10 mil en la fanpage de Museo Campesino en Movimiento, y los recursos los recibirá el cantor, que vive con una pensión asistencial.
El disco incluye fotografías de Manuel Morales, transcripciones de versos y declaraciones de Pedro Tapia sobre su infancia, el trabajo y el canto a lo divino. Está dedicado a su mujer, Ana Monardes, que murió el verano pasado. Y su título, «El iris de la bonanza», habla del arcoíris y proviene de un verso por literatura, que es justamente una de las particularidades que hacen único a Pedro Tapia. «Él sabe y canta muchos fundamentos (temas) de versos que se han dejado de cantar. Versos por literatura, por astronomía, por geometría y por sabiduría. Especialmente, versos por literatura, que son experiencias estéticas de la naturaleza llevadas a poesía de una forma súper simple, pero a la vez profunda», explica Petrovich.
Durante el año 2011 se realizaron un sin número de grabaciones sobre canto a lo divino en ocasión a la producción de un disco sobre el Velorio del Angelito. En esas sesiones se grabaron muchos versos que no fueron incluido en aquella producción y que ahora se mezclaron y publicamos.
Investigación y Producción: Daniel González & Danilo Petrovich.
Registro Sonido: Ignacio Llaña.
Mezcla: Jessica Bruna.
puede revisarlo en este link
https://soundcloud.com/mucam/sets/pedro-tapia-cantor-a-lo-divino
Alta esfera nos abre a múltiples imágenes, direcciones y senderos que creemos importante recorrer para conocer el canto campesino y lo que esa experiencia nos enseña. Hemos intentado andar esos caminos, entender cada tránsito, cada desvío, cada accidente, cada encuentro, sin perder la cuenta de que posiblemente todo se conecte, tal como se da la vida al interior de una esfera.
https://www.mucam.cl/wp-content/uploads/2019/01/AltaEsfera_Digital.pdf