Nuevos nichos y oportunidades de corto y mediano plazo en los ámbitos de la electromovilidad y los combustibles sintéticos, con especial foco en la gran minería y los proveedores mineros de Chile y de la región, se expusieron en la Universidad Técnica Federico Santa María durante el lanzamiento del estudio “Transición energética y nuevos negocios para la minería”.
El estudio es parte del programa de capacidades tecnológicas para la innovación de Corfo, y fue desarrollado en conjunto por el Centro Nacional de Pilotaje (CNP), la consultora Phibrand y la USM. Además, tuvo la colaboración de la Corporación Alta Ley, Fraunhofer Chile, Expande, la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin), Eco Desarrollo y GIZ.
Al inaugurar el evento, el subsecretario de Minería, Willy Kracht, se refirió a que la minería a nivel global y nacional se está haciendo cargo de los desafíos que implica la transición energética “la reducción de emisiones no se va a producir sino coordinamos esfuerzos. Lo primero es establecer una hoja de ruta que nos permita priorizar a lo largo de estos años, qué transformamos primero en la industria minera. Para este proceso es relevante la información como la que recoge este estudio, cuyas recomendaciones vamos a seguir con mucha atención desde el Ministerio”.
El estudio realizó entrevistas a representantes de las principales compañías mineras del país, proveedores y expertos del sector. El análisis de esta información reveló que la reconversión de equipos pequeños y medianos es un potencial nicho de negocios, y es una manera eficiente y rápida de impulsar la transición energética.
Según la investigación, estos mercados cuentan actualmente con oferta y demanda potencial cien por ciento nacional y escalable a la región. La prioridad es aumentar rápidamente la oferta de reconversión a la electromovilidad y los combustibles sintéticos, así como su producción y distribución.
Panel de expertos
En la actividad, expertos en minería y energía dieron sus impresiones, criterios y opiniones, abordando diferentes aspectos del cambio en la matriz energética. Sobre los desafíos de la transición energética, Elena Moreno, gerente de Proyectos de la Corporación Alta Ley, recalcó que además de los tecnológicos, también trae desafíos sociales, en particular dar impulso a esta transición para que sea una oportunidad de generación de valor en la economía y en los territorios. “En este punto, el desarrollo de proveedores es clave. Podemos aprovechar este impulso fomentando la medición de emisiones de productos y servicios para la minería (emisiones de Alcance 3), identificar los cuellos de botella, generar políticas de incentivo y apoyo para descarbonizar la cadena de suministro de la minería, y con esto incentivar el desarrollo de proveedores verdes mineros con capacidades de exportación”.
A su vez, Jorge Pontt, académico de la USM y director del Centro Nacional de Pilotaje, (CNP) resumió en el panel los desafíos de desarrollar un nuevo mercado, con énfasis en acelerar los procesos de transformación y aprovechar las oportunidades que brinda la transferencia tecnológica e innovación a la vez que se integran las capacidades locales y hay trabajo conjunto de todos los actores del ecosistema.
Descarbonización
Respecto del rol de las compañías mineras, Gonzalo Ramírez, especialista en Electromovilidad de Codelco, enfatizó que las empresas mineras deben ser ágiles para avanzar en su descarbonización y detalló los desafíos de la estatal en este ámbito: renovar sus contratos en energía eléctrica, lograr una minería subterránea 100% eléctrica, reducir en 10% las emisiones en nuestros rajos, y promover un mercado de hidrógeno verde apalancado en aplicaciones en minería. “Vemos que este cambio es una innovación disruptiva en la cadena de suministro de la energía de nuestras operaciones. Por lo tanto, es un desafío transformacional para la industria”.
Sobre los pilotajes y escalar innovaciones y nuevas soluciones, Cristian Opazo, gerente Técnico del CNP, insistió que “para poder transitar hacia la electromovilidad es necesario obtener el input de cada una de las tecnologías y así crear los modelos de negocio que se requieren. Y la única manera de hacerlo es a través de pilotajes o validaciones que se hagan cargo de obtener dichas variables”.
El estudio también identificó barreras que frenarían el desarrollo. Entre los principales estarían: la falta de espacios e instancias de pilotaje y validación de tecnologías; un bajo nivel de absorción tecnológica respecto de la transición energética; un desfase entre las intenciones en contribuir a reducir las emisiones y las inversiones que se necesita para ello; así como la falta de incentivos suficientes para que el sector invierta en fabricar o reconvertir equipos, y la necesidad de capacitación y de nuevos perfiles profesionales.