El baño debe formar parte de la rutina de higiene de un perro, sin embargo, ¿qué hacer cuando nuestra mascota odia el agua? No son pocos los padres de mascotas que viven este tema, por eso es necesario saber cómo tranquilizar al perro durante el baño para lograr que este sea un momento divertido y que el animal supere su rechazo al agua.
Al consultarle sobré cómo podemos trabajar el odio al agua de nuestro can, la veterinaria y experta de Gabrica (@somosgabricacl), Ana Monardes, señala, que “lo ideal sería partir desde cachorro con la presentación del agua, no bañarlos, pero si presentársela, al igual que el secador de pelo. Comenzar a mojarlo de a poco, con agua tibia, primero las patitas, no poner el chorro de agua de inmediato. Es muy importante colocar una alfombra antideslizante para que el perrito no se sienta inseguro y no se resbale, que sea un ambiente grato, sin ruidos fuertes, para que no se asuste. Se recomienda usar shampoo (para perros) suave, de aroma grato y que sea libre de lágrimas. En casos más complejos, se puede aplicar alguna terapia de relajación, con música, aromaterapia, flores de Bach o utilizar algún nutracéutico para relajar a la mascota”.
Existen algunos errores comunes que podemos cometer al bañar a nuestra mascota y potenciar su rechazo al agua. Hay veces que, para acercar a las mascotas al agua se ocupan jeringas o baldes, lo cual puede generar aversión a la experiencia del baño. Además, hay otros que asocian el baño al ruido del secador de pelo, por ende, lo ideal es tratar de familiarizarlos con este sonido cuando son cachorros. En ocasiones, incluso el ruido que provoca usar la ducha o el ruido del agua a presión aumenta el miedo.
Es muy importante que el animal vaya generando buenas asociaciones con el momento del baño, para ellos es indispensable no forzarlo e ir introduciéndole la rutina poco a poco. El perro se encuentra en la etapa de la socialización, entre las 4 y 12 semanas de vida, y ese es el momento ideal para que conozca el agua y vaya familiarizándose con el baño, ya que experimentar e ir conociendo elementos nuevos en esta etapa, hace que en la edad adulta sean tolerados con normalidad.
Pero si ya llegó a perro adulto, y el rechazo es una constante en cada baño, ¿qué podemos hacer? Una opción es convertir el baño en una zona de juego, e incluso hasta compartir la tina con el can, eso le puede ayudar a superar su temor al agua. Hablar con el perro, proporcionarle caricias y muestras de cariño, también ayuda. Nuestro tono de voz no debe sonar nervioso o enfadado, ya que en tal caso será difícil lograr que el animal no asocie la hora del baño con una experiencia angustiante. Asimismo, “presentarle el agua al paciente gradualmente, no mojándolo de una vez, aplicando juegos y premios con el agua, lo que se puede complementar con la utilización de nutracéuticos o aromaterapias para relajar al paciente”, aconseja la veterinaria de Gabrica.
En casos más extremos, en que el perro se ponga muy tenso, e incluso muerda, Ana Monardes indica que “si nuestro canino se estresa y comienza con agresividad, debemos llevarlo con un especialista, como un etólogo, para modificar la conducta”.
Según afirma la revista científica “Helium”, el perro doméstico desarrolla temor al agua como consecuencia de una experiencia pasada negativa en el medio acuático. En la naturaleza, la aversión canina por el agua, sencillamente, no existe, según afirma la publicación. El animal asocia el momento de entrar al baño con una vivencia desagradable, por lo que, en estos casos, el sentimiento de temor por el agua no tarda en sentirse.
¿Por qué es importante bañar a nuestros perros?
“Por higiene de la mascota, para la eliminación de olores como la orina, para revisar en el caso que haya ectoparásitos. En caso de que haya pacientes alérgicos, para mantener el pelaje sin nudos y así evitar irritaciones en la piel. En el caso de estar en el campo o en la playa, para sacar restos de hojas, ramas, espigas, arena. En el caso de estar expuesto a un químico, para remover restos, por ejemplo, de algún limpiador de piso o cloro. Cuando existe mal olor del paciente y cuando están las mudas de pelo”, indicó Ana Monardes.
Un animal necesita, en promedio, bañarse al menos una vez al mes. En caso de canes con mayor contacto con el campo o playa, es ideal un baño cada dos semanas. Por otra parte, debe evitarse hacerlo tan seguido, debido a que la epidermis contiene gran cantidad de células sebáceas, las cuales generan una ‘capa’ grasa protectora, evitando así la deshidratación y protegiéndola frente a agentes infecciosos.
Debido a la gran variedad de perros y pelajes, la especialista de Gabrica recalca que “todo depende del tipo de raza de perros que tengamos. En pacientes de pelo corto es recomendable una vez al mes o cada tres meses; en pacientes de pelo medio corto, una vez al mes o cada mes y medio, y en caso de perros de pelo largo cada 15 días o una vez al mes. Siempre es importante mantener el cepillado del pelaje, para evitar motas de pelos, olores o tierra. Además, esto no difiere de la temporada del año”.
En cuanto a los productos para usar en el baño de nuestra mascota, se deben utilizar artículos que sean para su especie, ya que la flora dérmica es distinta a la del ser humano y los shampoo podrían provocar una irritación. El padre de mascota debe fijarse en que el producto sea para caninos y libre de lágrimas.
Otro consejo que nos comparte Ana Monardes de es “nunca bañarlos con agua fría, para poder hacer grato el baño debe ser con agua tibia y siempre debe secarse bien para evitar proliferación de hongos en la piel”.
En resumen, la clave para que el baño de nuestro perro sea agradable, es la seguridad. Los perros notan si nos ponemos nerviosos. Por eso es importante mantenernos tranquilos y aportar seguridad a nuestro animal en el momento del baño, ya que esto influirá en la percepción que tienen ellos mismos de la actividad para así generarle una experiencia tranquila para ellos y también para nosotros. Para más información ingresa a www.gabrica.cl